Ningún antojadizo intento de declararse innovador y enigmático, sino el simple fluir de su sensibilidad como testigo de los cotidianos elementos que, aunque carentes de complejidades, están cargados de belleza, y que han sido analizados amorosamente por Eduardo X arroyo. el resultado es una labor equilibrada y armónica, donde hay nada de mas ni de menos. Acaso estos dibujos sean el punto de partida de esta juvenil figura de nuestra plástica; pero este comienzo es suficiente para sentirnos satisfechos con estos pequeños y bellos poemas en blanco y negro.
Eduardo Kingman, 1981 |
No es difícil adivinar que tras de esa aparente espontaneidad, de esa difícil facilidad, hay mucho trabajo, a lo largo del cual se ha ido eliminando todo lo que está demás, todo lo que no es absolutamente necesario, hasta llegar casi a la medula de las cosas. Mas allá de eso se hallan en Arroyo sus abstractos, lógica derivación de su proceso creativo, y una nueva alternativa de su inquietante búsqueda.
Rodrigo Villacis molina, 1996 |
Cuando un artista como Eduardo x Arroyo crea de la nada, sobre el papel, un nuevo mundo, se repite una creación cósmica donde el espíritu adquiere forma y un movimiento propio.
Las piedras adquieren vida. las sombras caminan sobre el soporte. Todo esta autogenerándose, y pide al observador que intercambie con el artista el soplo de su imaginación. Sentimos en esta obra de colores diáfanos, el proceso como cada uno de nosotros está creado y fue creado. Vera de Kohn, 1997 |
Veladuras mágicas vibran al trasluz de los colores, componiendo y recomponiendo formas y figuras evanescentes, pero materializadas por la alquimia de su arte; arte que a la vez es la expresión de su voz intima, esencial, secreta; aquella que se aloja en la sembradura de su memoria.
Marco Antonio Rodríguez, 2002 |
Eduardo: "en soledad estuve cerca de tu soledad. soy demasiado vieja y tu eres una gran artista; es doloroso ver como el hombre sea ciego frente a lo bello. A lo menos, esta retrospectiva te ha dado reconocimiento. cuando hace sesenta años vi una exposición de Camilo Egas, sentí esa misma emoción. "
Dra. Costanza Di Capua, octubre 2006 |